Teletrabajo o de cómo trabajar con el “chico Martini”.

Uno de los aspectos más comunes o generales de las condiciones de trabajo en la economía actual es que los trabajadores han de desplazarse a los centros de trabajo. O sea, como se ha hecho toda la vida. A las ventajas obvias de la concentración de trabajadores y medios de producción en un solo lugar se le enfrentan las desventajas del desplazamiento de los trabajadores, lo que implica tiempo, dinero y riesgo de accidentes (el consabido “accidente in itinere”, es decir, de camino al trabajo o de vuelta de él). Todo esto de modo resumido y sin profundizar demasiado pues no es objeto de esta entrada ni yo soy el más adecuado para ahondar en el tema. Tan solo es una mera exposición.
Pero esto está cambiando a pasos de gigante. Internet y, por tanto, la nueva economía (no se entendería la otra sin la una), están haciendo que se trabaje cada vez más desde casa, o desde un bar o un parque. Es el trabajo móvil o teletrabajo.
Un efecto claro de la crisis es que, según Regus, empresa dedicada al alquiler de oficinas tanto físicas como virtuales, 5 de cada 10 escritorios están vacíos en algún momento de la jornada e, incluso, permanentemente. Si vemos lo que supone para una empresa el gasto en oficina y despacho observaremos que no es cualquier cosa. Pero la proliferación de dispositivos móviles ha permitido que los trabajadores de la nueva economía puedan desarrollar sus tareas “en cualquier momento, en cualquier lugar, donde sea”, como rezaba el eslogan de Martini en sus famosos anuncios.
¿Ventajas? Básicamente: flexibilidad. Si alguno de ustedes, apreciados lectores, charla con uno de estos trabajadores les explicará que ya no gasta ni un minuto en preocuparse de qué se pone para ir a trabajar. Si bien no tiene por qué trabajar en pijama, sí que es muy valorado poder trabajar en zapatillas, pantuflas o descalzo. Naturalmente esto es la anécdota, pero al tiempo que les explican esto también les dicen que no pierden tiempo ni dinero en desplazamientos.



Si algún día se encuentra enfermo, amigo lector, y no puede ir a trabajar, aproveche para mirar cualquier noticiario matinal de la televisión. Siempre conectan con las cámaras de tráfico de las diferentes ciudades. Las colas de coches para llegar a los centros de trabajo son como serpientes hambrientas de gasolina, con millones de ojos por doquier y envueltas en una suerte de humo negro. Escalofriante resulta pensar las horas de tu vida perdidas en caravanas, atascos de tráfico, retenciones por huelgas o manifestaciones,… Es para planteárselo. Muchos menos estrés.
Sin embargo, quedarse en casa es amigable con el medio ambiente porque no estás gastando gasolina o gasoil por tener tu coche parado. Además, si no has de salir de casa o si sólo has de salir para llevar los niños al colegio – por tanto, concilia vida familiar y laboral -, eres más productivo. Incluso puedes aprovechar un rato libre o planificado para hacer algún deporte: vida más sana.
Otro aspecto, de los más valorados, es que puesto que las horas extra no se acostumbran a pagar, mejor hacerlas en casa, ¿no? Y si acabas pronto las tareas asignadas para la jornada, ¿qué sentido tiene seguir en la oficina hasta la hora de finalizar? Si estás en casa esa cuestión ni se plantea.
Las desventajas que se pueden plantear es que podemos llegar a confundir mayor productividad con trabajar más horas. Pero esto se da, básicamente, porque no se emplea tiempo en desplazamientos. También supongo que tendrían algo que decir mandos intermedios o jefes de departamento, acostumbrados a controlar la actividad de sus trabajadores. La autora del estudio que ha servido para documentar esta entrada, Silvina Moschini, Fundadora de Intuic, y que se ha basado en el Cisco Global Workplace study, 2010. IDC Worldwide Mobile Worker Population 2009-2013 Forecast. IPSOS, Telecommuting, November 2011. Workshifting.com, propone que dichos mandos opongan la supervisión y coordinación a la agilidad. Deben cambiar de mentalidad y olvidar la posibilidad de pérdida de poder; sustituirla por emprendimiento dentro de la empresa.
En definitiva, que el teletrabajo hace felices a empleados y empleadores, mejora resultados y productividad y reduce costes e impacto medio ambiental. Si encima puedes pedirte un Martini, miel sobre hojuelas.

José Manuel Santos
  (astalBI)

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